El Parque Natural de los Arribes del Duero es uno de los parajes protegidos más importantes de Europa, siendo en el 2002 declarado Parque Natural, Zona de Especial Protección para las Aves en 1990 y Lugar de Interés Comunitario en el 2000.
Su territorio es un espacio natural protegido para preservar el nivel de conservación de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos en armonía con los usos, derechos y aprovechamientos tradicionales y con la realización de actividades educativas, científicas, culturales, recreativas, turísticas o socioeconómicas compatibles. La
Junta de Castilla y León incorporó este territorio a su
red de parques naturales el 11 de abril de 2002. El Gobierno portugués hizo lo mismo con su parte algo antes, el 11 de mayo de 1998, bajo el nombre de
parque natural del Duero Internacional. Está catalogado también, casi con la misma extensión, como
Zona de Especial protección para las Aves (ZEPA), con 108 054,01
ha, y
Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), con 106 178.29
ha, del proyecto europeo
Red Natura 2000. Además, el 9 de junio de 2015, los dos parques son declarados
reserva de la biosfera transfronteriza por la
Unesco bajo la denominación de
Meseta Ibérica, junto a otras zonas protegidas españolas y portuguesas, destacando el
parque natural Lago de Sanabria y sierras Segundera y de Porto en territorio español y el
parque natural de Montesinho en la parte lusa, así como distintos espacios de la
Red Natura 2000.
Los grandes desniveles de su orografía, el alto caudal del Duero y los numerosos ríos que en él desembocan, convierten a esta zona en uno de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico de la
península ibérica. Por ello, los gobiernos de España y Portugal firmaron en 1927 un acuerdo para regular el reparto del aprovechamiento del
Duero internacional en dos sectores, a raíz del cual se fueron construyendo una red de
presas y
embalses, hoy conocidos como
Saltos del Duero.
La profunda hendidura abierta por el encajonamiento del Duero y sus afluentes suaviza el régimen térmico hasta el punto de permitir el desarrollo de una inusual vegetación termófila y de cultivos típicamente mediterráneos en bancales. Esta singular configuración geomorfológica introduce notables modificaciones en las condiciones climáticas, ya que la garganta del Duero se comporta como un condensador de calor. De tal manera que, mientras en la penillanura imperan unas condiciones climáticas caracterizadas por inviernos largos y muy fríos y veranos cortos y moderadamente cálidos, el escobio fluvial representa un islote de calor que redunda en que los inviernos sean cortos y suaves y los veranos largos y calurosos. Además de la diversidad vegetal, las vertientes más escarpadas se han convertido en un lugar idóneo para el refugio de la fauna salvaje, especialmente para las
aves.
Su ubicación fronteriza, alejada de los grandes núcleos de población y con escasas
infraestructuras, ha propiciado un continuo proceso de despoblación de sus pueblos aunque también ha permitido la conservación de un amplio
patrimonio histórico, cultural y natural, entre el que destacan su paisaje, arquitectura y tradiciones. En los últimos años, con la protección de este territorio, han llegado algunas iniciativas inversoras relacionadas con el
turismo y el
comercio minorista transfronterizo. Esta circunstancia ha evidenciado que sea necesario preservar y potenciar su hábitat natural, su patrimonio y sus tradiciones socioculturales, principales propulsores de su economía.
Tanto llamó la atención el territorio del arribanzo al universal pensador Miguel de Unamuno que no dudó en calificarlo como «el más impresionante de España», quizás sobrecogido por la escarpada hendidura por la que se abre camino el río Duero. Una brecha que en ciertos puntos alcanza alturas de vértigo.
Etimología
Arribes, arribas y arribanzos son vocablos en
lengua leonesa con derivación etimológica del latín «ad ripa-ae», que significa orilla. El término «las arribas» era usado en las comarcas de
Sayago,
Aliste y
La Ribera, así como en la zona colindante portuguesa, para referirse a la depresión geográfica del
Duero. Los zamoranos utilizan además el término «arribanzo», algo más conciso, con el que se refieren a los enormes roquedos o gigantescas rocas graníticas que forman los valles. Posteriormente, arribes, en su forma femenina «las arribes» comenzó a usarse por los naturales de la comarca salmantina de
La Ribera para referirse a la misma geomorfología.
En las últimas décadas, por influencia externa de la administración y de algunos medios de comunicación, se ha ido imponiendo la denominación «los arribes», en masculino. Los naturales de las comarcas zamoranas de
Sayago y
Aliste, han empezado a utilizar esta forma, y aunque todavía emplean las autóctonas «las arribas» y «arribanzos», estas últimas han quedado algo desplazadas en favor de la primera y es en la zona portuguesa, el único sitio donde todavía prevalece decir «as arribas».
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16 En el sur, los naturales de la comarca salmantina de
La Ribera, ahora más conocida como Las Arribes, siguen utilizando su variación tradicional «las arribes», en femenino, variación que con la creación del parque natural, se ha extendido también a la vecina comarca de
El Abadengo, donde antes prácticamente no se usaba.
Geografía
Localización
Arribes se encuentra situado junto al
río Duero, en el tramo del prolongado cañón fluvial que ha originado y que separa
España de
Portugal bajo el nombre de
Duero Internacional. Este territorio comienza aguas abajo de la ciudad de
Zamora (652
msnm), donde el Duero abandona los materiales sedimentarios de su cuenca terciaria y se encaja progresivamente sobre las duras y resistentes rocas plutónicas y metamórficas del zócalo paleozoico que sustentan la penillanura zamorano-salmantina. Se extiende de forma longitudinal, para finalizar cuando el Duero se adentra definitivamente en territorio portugués, a la altura de
Barca de Alba (125
msnm), dejando a su paso una profunda hendidura abierta, que supera los 400 m de profundidad y que tiene como principal consecuencia el originar laderas resguardadas que suavizan el régimen térmico que ha permitido el desarrollo de una vegetación termófila y cultivos típicamente mediterráneos en bancales.
Los Arribes del Duero comienzan en el paraje zamorano denominado Las Pajarancas y terminan en La Fregeneda, ya en tierras portuguesas y salmantinas.
La demarcación más concreta de esta comarca natural surge recientemente, tras la creación del parque natural de Arribes del Duero, con una demarcación que comprende (total o parcialmente) la superficie de 37 términos municipales:
- 24 pertenecientes a la provincia de Salamanca: Ahigal de los Aceiteros, Aldeadávila de la Ribera, Almendra, Barruecopardo, Bermellar, La Bouza, Cabeza del Caballo, Cerezal de Peñahorcada, La Fregeneda, Hinojosa de Duero, Lumbrales, Masueco, Mieza, La Peña, Pereña de la Ribera, Puerto Seguro, Saldeana, San Felices de los Gallegos, Saucelle, Sobradillo, Trabanca, Villarino de los Aires, Vilvestre y La Zarza de Pumareda.
- 13 pertenecientes a la provincia de Zamora: Argañín, Fariza, Fermoselle, Fonfría, Gamones, Moral de Sayago, Moralina, Pino del Oro, Torregamones, Villadepera, Villalcampo, Villar del Buey y Villardiegua de la Ribera.
Dentro de estos 37 términos municipales existen otras localidades anejas o
pedanías que también forman parte del Parque. Son
Badilla,
Carbajosa,
Castro de Alcañices,
Corporario,
Cozcurrita,
Fuentes de Masueco,
Fornillos de Fermoselle,
Formariz,
Mámoles,
Palazuelo de Sayago,
Pinilla de Fermoselle,
Salto de Aldeadávila,
Salto de Castro,
Salto de Saucelle,
Salto de Villalcampo,
Tudera y
Zafara. Por el contrario, muchos de los términos municipales del Parque sólo están incluidos parcialmente en su demarcación por lo que a algunos núcleos poblacionales de esos municipios no les afecta la delimitación del parque. Es el caso de
Almendra,
Barruecopardo,
Cabeza del Caballo,
Fonfría,
Lumbrales,
Moral de Sayago y
Villar del Buey.
Geomorfología
La topografía de este territorio se caracteriza por la existencia de un profundo cañón horadado por el Duero en el límite occidental de las provincias de Zamora y Salamanca con Portugal y que aquí denominan arribes.
Si bien esta estrecha franja es la que da nombre a la comarca natural, también se denominan arribes los encajonamientos de los ríos
Águeda,
Esla,
Huebra,
Tormes y
Uces, afluentes del Duero en este territorio. Todos son manifestación de la erosión milenaria de los citados ríos y que han originado una zona de
depresión o de altitud más baja y otra de
penillanura o de altitud más elevada que en algunos lugares han dado lugar a desniveles de unos 400
m.
Molino de agua o aceña junto al arroyo de la Mimbre, en
Badilla. Forma parte de la ruta circular de los molinos que enlaza los molinos Pachón, Carrizo, Cabildo, las ruinas de Valduzón y Matarranas.
La actual geomorfología de este espacio natural protegido es fruto de una evolución que tuvo su origen en la
orogenia hercínica, al final de la era Paleozoica (600-225 millones de años). Fue en esta época en la que se originaron los actuales
granitos,
pizarras y
gneis de las arribes.
Durante el periodo Mesozoico (225-68 millones de años) y principios del Cenozoico (68-1,7 millones de años) se produjo la erosión de las cordilleras y las zonas más altas, hasta conformar la actual penillanura que posteriormente fue cubierta por sedimentos y seguidamente por el mar.
Por último, la
orogenia alpina de mediados del terciario produjo un progresivo levantamiento del este de la península Ibérica y su clara inclinación hacia el océano atlántico. Este último suceso provocó que el Duero, al igual que otros ríos peninsulares, tuviera que abrirse camino en la penillanura, dando lugar con el tiempo al inmenso cañón de paredes, casi verticales, que conforman los arribes.
Hidrografía
La red hidrográfica de las arribes viene marcada de manera vertebral por el río
Duero, siendo sus afluentes más importantes el Águeda, el Esla, el Huebra, el Tormes y el Uces. A su vez, existen numerosas riveras, arroyos y regatos estacionales que rinden sus aguas a los anteriores y sobre los que se asientan tradicionales puentes y molinos. Sus máximas crecidas se producen entre los meses de enero y abril, especialmente en el de marzo, mes en el que se pueden observar en su máximo esplendor las numerosas cascadas, siendo la del
Pozo de los Humos la más grande y famosa.
El Duero tiene un recorrido de 120 km por estos majestuosos Arribes
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Puente de San Lorenzo sobre el Tormes.
El fuerte desnivel provocado por el Duero y sus afluentes, unido a otros factores como la impermeabilidad del terreno, la escasa población y la alta rentabilidad económica de la energía hidroeléctrica, han provocado una inusual concentración de presas y embalses en este territorio. Entre ellas las españolas de
Aldeadávila,
Almendra,
Castro,
Ricobayo,
Saucelle,
Villalcampo y las portuguesas de
Bemposta,
Miranda y
Picote.
A las españolas se las conoce como Saltos del Duero.
La potencia instalada en ellas supera los 3000
MW. Este factor hace que
Castilla y León, con 3979
MW, sea la primera comunidad autónoma española en potencia hidráulica instalada y con 5739
GWh, la segunda en producción.
En la frontera de Portugal, podremos encontrar un lugar conocido como "Las dos aguas", lugar donde el Tormes vierte sus aguas al Duero.
Clima
Las
arribes constituyen una geografía a salvo del viento y más expuesta al sol debido a su menor altitud. Por ello, existen dos climas.
En las zonas de
valle se puede disfrutar de un
microclima mediterráneo que suaviza las temperaturas, mientras que en las zonas de
penillanura, se puede observar ya el
clima continental propio de la
penillanura zamorano-salmantina, donde los inviernos son más fríos y acusados. En
Mieza, situada a 646
m de altura, se registran 12,2
°C de temperatura media anual mientras que en la
presa de Saucelle, situada a 116
m de altura, se registran 17,1
°C Como comparativa, indicar por ejemplo que la temperatura media anual de
Valencia es de 16,9
°C.
La latitud también influye en el contraste climático. En el observatorio del
Salto de Castro (situado en la parte más
septentrional de Arribes) se registran 12,9
°C de temperatura media anual mientras que en el observatorio de la
presa de Saucelle (el más
meridional de Arribes) se registran 17,1
°C.
Espacio natural
Las profundas incisiones de los ríos Duero y Águeda son frontera natural entre España y Portugal, dividen una zona de idénticas características entre ambos países. El Duero y sus afluentes son el elemento común y nexo de unión de todo un territorio que se extiende linealmente a lo largo de más de 120
km. El
Duero es internacional desde la
presa de Castro hasta
Barca d'Alva. En este lugar se le une el río
Águeda, que es internacional desde esta aldea hasta el lugar donde se le une el río
Turones, cerca de
La Bouza. La parte española, declarada parque natural de Arribes del Duero, se extiende sobre una superficie de 106 105 hectáreas mientras que la parte portuguesa, declarada
parque natural del Duero Internacional, se extiende sobre una superficie de 85.150 hectáreas. Los dos parques suman una superficie de 191.255 hectáreas, lo que convierte a esta zona en una de las áreas protegidas más grandes de Europa.
La
Unión Europea también protege la
biodiversidad de Arribes a través de la
Red Natura 2000, a través de las figuras de
zona especial de conservación y
zona de especial protección para las aves. La protección se debe a la especial fisonomía de este territorio, caracterizado por la vertebración que sobre él imprime el Duero y sus afluentes, que ha dado lugar a una serie de cañones fluviales, y la existencia de una penillanura colindante de paisaje adehesado, que además es el hábitat y zona de reproducción de aves como la
cigüeña negra, el
alimoche, la
garza real, el
milano real y el
búho real. La primera de las zonas protegidas es la denominada
Cañones del Duero (ZEPA-ES0000206 y ZEC-ES4190102) que comprende la ribera del Duero aguas arriba del límite con Portugal, entre la confluencia con el río Esla y la ciudad de Zamora, y que incluye el
embalse de Villalcampo. Este espacio protegido limita al oeste con un segundo espacio protegido que se denomina «Arribes del Duero» (ZEPA-ES0000118 y ZEC-ES4150096) y que incluye un área ligeramente superior al territorio protegido como
parque natural bajo por la
Junta de Castilla y León con la misma denoominación. Un tercer área e la denominada «Riberas de los Ríos Huebra y Yeltes» (ZEPA-ES0000247) y «Riberas de los Ríos Huebra, Yeltes, Uces y afluentes » (ZEC-ES4150064) que protege un espacio que incluye varios tramos de los ríos Huebra, Yeltes, Uces, Maillo, Morasverdes, Gavilanes y Tenebrilla, así como de los arroyos Zarzoso, Navia de Fiuncia, Zarzosillo, Moresna, Madriega, Vallefrío, Campocerrado y Cilleruelo. Se incluyen además las Lagunas y pastizales asociados de Tenebrón. En total suman unos 240 km lineales de cauces tributarios del río Duero y que por tanto es colindante con el denominado Arribes del Duero. Una cuarta zona es la denominada «Río Águeda» (ZEPA-ES4150087) y «Riberas del Río Águeda» (ZEC-ES4150127) que está formado por un único tramo del citado río, caracterizado por contar con un cañón fluvial de escarpadas laderas abruptas y cerradas, una zona muy agreste y aislada. Por último, está el denominado «Campo de Argañán» (ZEPA-ES0000218 y ZEC-ES4150098) que afecta a los términos municipales de
La Bouza y
Puerto Seguro que destaca por la existencia de un paisaje adehesado con presencia de Quercus ilex sp. rotundifolia de la Región.
Ecosistemas
La
fauna y la
flora de este territorio brilla por la gran riqueza y variedad de especies que las componen. La singularidad del clima junto con la peculiaridad de la orografía, favorecen la existencia de un
ecosistema natural de singular belleza. Las especies animales y vegetales que lo habitan, constituyen una síntesis de entre las que se pueden encontrar en el
clima mediterráneo de los valles y en el
clima continental de la penillanura. En esta demarcación habitan unas 200 especies de
aves, al menos 45 de
mamíferos, 16 de
peces, de
anfibios y 17 de
reptiles.
La diversidad animal es uno de los motivos más importantes por los que Arribes se declaró parque natural. Destaca el elevado número de aves, tanto nidificantes como hibernantes. Los
arribes de los ríos, las grandes masas forestales y los numerosos cursos fluviales, constituyen en conjunto, el hábitat perfecto para numerosos animales, especialmente para las aves. En España existen 465 tipos, en Castilla y León 334 y en Arribes al menos 200.
Aves
El mirador del Picón de Felipe, en
Aldeadávila, un buen lugar para observar las aves.
La cigüeña negra es el ave más emblemática.
Los huecos y recodos del arribanzo son el lugar elegido para la nidificación de esta ave que en España está incluida dentro de las especies con posible peligro de extinción. Es por tanto este espacio natural, un punto clave para la conservación de esta especie. En 1995 y 1998, se designaron varias Áreas Críticas para la Conservación de la Cigüeña Negra. Las 20 parejas de cigüeña negra que hay en esta zona, suponen el 8% de la población española y el 25% de la de Castilla y León (datos de febrero de 2005).
Junto con la cigüeña negra, las grandes rapaces constituyen las otras nidificantes más significativas e importantes de Arribes. Entre ellas, la forma del
buitre leonado es la más sencilla de reconocer, pues campea a sus anchas por toda el área. En 2005 tenía una población de 550 parejas. También destacan y son relativamente fáciles de reconocer las siluetas del
alimoche (75 parejas en 2005), el
búho real (25 parejas en 1992), el
águila real (24 parejas en 2005), el
águila perdicera (17 parejas en 2005), el
milano real (9 parejas en 2005) y el
halcón peregrino (6 parejas en 2005). Menos insólitas, destacan las poblaciones de
chova piquirroja (159 parejas en 2005) y
cigüeña blanca (115 parejas en 1999).
En 1990 las arribes fueron declaradas Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
En los bosques donde predominan los robles, se encuentran pequeñas poblaciones de
arrendajo,
becada,
camachuelo común,
mirlo común,
mito,
pico menor,
pico picapinos,
pito real,
torcecuello,
trepador azul y
zorzal común. En los bosques donde predominan las encinas, son más frecuentes los
alcaudones comunes, los
alcaudones reales, los
agateadores, los
críalos y los
rabilargos. Otras rapaces forestales con presencia son el
águila calzada, el
milano negro, el
milano real y el
ratonero común. Durante la noche son frecuentes el
autillo, el
búho chico, el
cárabo y el
chotacabras gris.
Mamíferos
De las noventa especies de mamíferos existentes en la península Ibérica, al menos cuarenta y cinco se han observado en esta zona.
44 Es destacada la presencia de
murciélagos, de los que se calcula la presencia de catorce tipos. En su proliferación ha tenido especial trascendencia el abrigo proporcionado por los roquedales de los acantilados y el especial clima benigno de la zona.
Pasando a enumerar las especies terrestres, reseñar la presencia de ejemplares tan escasos como son el
gato montés y el
tejón.
Uno de los mamíferos cuya presencia despierta un especial interés, por su escasez y galopante regresión en el continente europeo, es la
nutria. La construcción de numerosos embalses fue antaño la principal causa de su casi completa desaparición en el Duero, de la que escasamente se ha ido recuperando con el paso del tiempo.
El
lobo sigue presente aunque en menor medida que antaño debido al temor que produce en los ganaderos, ya que de vez en cuando se producen ataques a ovejas y otros animales. Al sur del Duero está protegido por la Unión Europea y se prohíbe completamente su caza para favorecer la recuperación. Hace unos años estaba prácticamente extinto y sólo se avistaba alguna vez que cruzaba desde el norte zamorano o portugués. Otros mamíferos, ya relativamente más abundantes, serían el
zorro,
jabalí,
jineta,
conejo,
liebre,
erizo,
comadreja,
garduña y
lirón careto.
El más significativo de todos los mamíferos que han habitado Arribes, es el endémico
lince ibérico. Aunque actualmente se da por extinguido en la zona, algunos expertos afirman que en los valles más tranquilos y de vegetación mejor conservada, aún podrían quedar algunos ejemplares. De hecho, aunque no esté demostrada su supervivencia en estas tierras, en la mayoría de los carteles, folletos y webs de promoción y publicidad de la zona, así como en la propia ley de declaración como parque natural, todavía lo incluyen entre sus especies.
Peces
La actual diversidad de peces es consecuencia directa de la intervención humana pues la mayoría han sido introducidos, no pertenecen al ecosistema original. De las cincuenta y seis especies que habitan las aguas continentales españolas, en las arribes están presentes dieciséis. Entre los ejemplares que se encuentran en las aguas de Arribes hay especies
autóctonas como el
barbo común,
boga,
colmilleja, la
pardilla y
calandino, gallego,
bermejuela,
escallo y especies
exóticas como el
lucio,
carpín,
carpa,
gobio,
tenca,
gambusia,
percasol,
black-bass.
La escasez de
esturiones, mucho más abundantes antes de la construcción de las presas por tratarse de una especie
anádroma, ha motivado su clasificación como especie
en peligro de extinción. La
anguila es otra especie migradora (
catádroma) y por motivos similares también está catalogada como
amenazada en la parte española del Duero. Para garantizar la supervivencia de estas especies, se ha propuesto la necesidad de mejorar las escalas o pasos para peces de nuestras infraestructuras hidráulicas.
Anfibios y reptiles
Al contrario que en el caso de los anfibios, Arribes es un hábitat idóneo para la proliferación de reptiles, tanto por clima como por relieve. De los cuarenta y un tipos de anfibios presentes en suelo español y los treinta en suelo castellanoleonés, en las arribes se han contabilizado hasta diecisiete especies. Los más abundantes son el
lagarto ocelado, la
lagartija colilarga, el
bastardo y la
culebra escalera. Estos a su vez se han convertido en elementos clave de la alimentación de las rapaces diurnas, por la disminución progresiva de otros animales como
conejo y
perdiz. Relevante es también la presencia de la
salamanquesa común, amparada por la mayor benignidad climática, junto al
galápago europeo y el
galápago leproso.
Vegetación
Vegetación de Arribes
Bosque de ribera junto a la playa del Rostro, en
Aldeadávila.
Sotobosque del arribe. Paraje de El Piélago, en
Fermoselle.
Paisaje típico de penillanura, en la localidad de
Tudera.
La importante diversidad vegetal existente Arribes es consecuencia directa de la peculiaridad geográfica y climática de la zona, y es que el
clima mediterráneo presente en los
arribes permite por ejemplo cultivar variedades no habituales en la meseta. A finales del siglo XIX se llegó a ver incluso
caña de azúcar. Esto es posible debido a que los inviernos son más cortos y por tanto el periodo libre de heladas es más amplio.
Antiguamente la agricultura y la ganadería estaban muy presentes, la superficie dedicada a estas actividades era bastante mayor que hoy en día, y como en muchos sitios, esto acabó con muchos de los bosques que cubrían la práctica totalidad de la península Ibérica. En las arribes y a pesar de esto, todavía se conservan numerosos bosques de gran valor ecológico debido a que la dificultad para cultivar en las pendientes escarpadas, frenó la realización de las faenas del campo en ellas. La mayoría de los bosques de Arribes están compuestos por
robles. Coexisten con los de
alcornoques,
almeces,
encinas y
enebros. Las extensiones de matorral están formadas por
chumberas,
jaras,
piornos,
retamas y
tomillos.
De entre los bosques de este espacio natural, destacan el almezal de Mieza, por ser el más extenso de Europa con sus más de 250 ha, y el enebral de la Peña del Águila en Cozcurrita , donde se conserva una subespecie de enebro única en Europa.
La vid es el cultivo más extendido. Destacan las catorce bodegas que elaboran los vinos de la
Denominación de Origen Arribes en
Aldeadávila,
Ahigal de los Aceiteros,
Fermoselle,
Fornillos de Fermoselle,
La Fregeneda,
Pereña de la Ribera y
Villarino. Además de esto, se pueden ver algunas extensiones importantes de olivos en
Aldeadávila,
Ahigal de los Aceiteros,
Fermoselle,
La Fregeneda,
San Felices,
Mieza,
Vilvestre y
Villarino. Así mismo, quedan varios campos de almendros en
Hinojosa de Duero,
Mieza,
Saucelle y los más importantes en
Fermoselle,
La Fregeneda y
Vilvestre. Los naranjos también tienen presencia en esta misma zona, sobre todo en
Vilvestre. Otros cultivos frecuentes pero en menor medida son los perales, los manzanos, los cerezos, las higueras, los ciruelos, los melocotoneros, los albaricoqueros y los limoneros. Los campos del término municipal de
Fermoselle, al abrigo de los
arribes del Tormes y el Duero, son un ejemplo de lugar donde se hallan todos estos.
Amenazas
Los incendios son la principal circunstancia de peligro para la supervivencia de los ecosistemas y hábitats naturales. También pueden suponer un importante impacto ambiental las posibles nuevas construcciones de presas y embalses, los vertidos incontrolados en las aguas y el levantamiento de grandes líneas de tensión elevada en las centrales hidroeléctricas.
El 10 de abril se publicó en el
Boletín Oficial del Estado el informe de impacto ambiental del Plan Nacional de Calidad de las Aguas en Castilla y León, para instalar 39 depuradoras en el oeste salmantino, de modo que se garantizase la calidad ambiental de los ríos de Arribes, puesto que prácticamente la totalidad los municipios de la zona no depuran sus aguas, lo que resulta en un problema de gran calado medioambiental, así como económicos pues los ayuntamientos todos los años deben hacer frente a multas «de entre 6.000 ó 7.000 euros». Para la zona zamorana también se anunció que en 2011 los municipios contarían con depuradoras, pero no se ha vuelto a saber nada del proyecto.
En 2019,
Iberdrola anunció que mejoraría sus tendidos eléctricos para proteger al águila perdicera y el alimoche en Arribes, adaptando 83 apoyos identificados en tramos prioritarios a lo largo de más de 22 kilómetros. En 2017 ya se intervino mejorando apoyos, señalizando y retirando algunos tendidos.
Durante varios años se desató un masivo levantamiento popular en contra del interés de determinadas instituciones en albergar una central nuclear en
Moral de Sayago o un almacén de residuos nucleares en
Aldeadávila. Más recientemente, Moral de Sayago saltó de nuevo a la palestra al haber sido candidato para acoger una central térmica de ciclo combinado.
Historia y vestigios
Estas tierras han estado habitadas desde hace mucho tiempo aunque en la actualidad la pérdida de población es uno de sus grandes problemas.
Las arribes están situadas al margen de las principales vías de comunicación, sin embargo este hecho no dificultó su poblamiento desde tiempos remotos, jugando incluso un papel notable en determinadas épocas. Los historiadores y arqueólogos nos muestran una continua sucesión y superposición de culturas que con el tiempo han forjado el carácter de este territorio y de sus gentes.
Culturas prehistóricas
La Peña Gorda, en
La Peña, es uno de los principales santuarios rupestres prehistóricos de la zona.
Los primeros indicios de poblamiento datan del
Paleolítico. El terreno granítico de estas tierras no dio lugar a cuevas y son escasos los refugios naturales, que se reducen a los llamados «palambrios» o «palombreras» (
piedra caballera), «sollapas» o «sopallas» o «solapos» (peñas en forma de visera), «rachizos» a los que se dotó de paredes de piedra y cubiertas de ramaje, y a pequeñas oquedades de origen geodinámico (fracturas o fallas) o erosivo como los del Risco en
Bermellar, de la Fisga del Diablo en
Fariza, del Buraco del Diablo y las Cachas del Culo en
Fermoselle, la Casa del Grelo en
Mámoles, la Palla Rubia en
Pereña y Valcuevo en
Torregamones.
Son herencias megalíticas los desaparecidos dólmenes que se situaban junto a la ermita de la Virgen del Castillo en
Fariza o los del Prado Polo y del Lumbo de Valdesancho en
Lumbrales. Otros dólmenes que sí han perdurado son el de Navalito en
Lumbrales y el situado en el pago de La Veiga de
Torregamones.
Los primeros asentamientos del
Neolítico se diferenciaron poco de los habitáculos del paleolítico. Con el tiempo se desarrollaron los primeros poblados o aldeas, en los que la vivienda se construye de forma redondeada, siguiendo el sistema más fácil, a imagen de los actuales chiviteros, con un muro circular y una cubierta vegetal que finalmente sería sustituida por una falsa bóveda de losas de piedra recubiertas de tierra y césped. A este tipo de vivienda nos remiten los rebajes de muchos de los asentamientos neolíticos, como el del Rincón de las Cabañas de Fermoselle, casi todos situados en las proximidades de los cursos fluviales.
Las muestras de arte rupestre son escasas, destacando entre ellas el yacimiento arqueológico del Castillo de
Vilvestre de la Ribera, lugar en el que se hallaron pinturas rupestres y un taller neolítico que algunos expertos consideran el más importante de España. De esta época son también las hachas pulimentadas y pinturas rupestres (denominadas La Procesión) encontradas en la zona del Agua Santa en
Saucelle de la Ribera.
Por toda la zona se establecían numerosos altares y santuarios rupestres en los que se daba culto a las divinidades de la naturaleza mediante ofrendas o cruentos sacrificios. Se ha constatado la existencia del santuario de la Peña del Gato en
Argañín, el santuario de los monumentos sagrados de Peñatorre y de Peña del Moro en
Castro de Alcañices, el santuario de la Virgen del Castillo en
Fariza, el santuario de la Mesa de los Curas en
La Fregeneda, el santuario de la Peña Gorda en
La Peña, el santuario de Nuestra Señora del Castillo en
Pereña de la Ribera, el santuario de Valdecadiella en
Villalcampo, el santuario de la Peña del Ejido en
Villar del Buey, el santuario de San Mamede en
Villardiegua de la Ribera, el santuario del Teso de San Cristóbal en
Villarino de los Aires y el santuario de El Castillo en
Vilvestre de la Ribera.
La cultura celta
La cultura
celta irrumpe en estas tierras hacia el primer milenio antes de Cristo. Los numerosos castros, verracos, estelas, fíbulas, broches, anillos y cerámicas encontrados nos remiten al pueblo
vetón, aunque su presencia al norte del
Tormes pudo ser compartida con otro pueblo celta, el
vacceo.
El vestigio más representativo de los vetones son los
verracos, unas esculturas de piedra con forma de toro que denotan la importancia del ganado en esta cultura. Se han encontrado uno en
La Redonda, dos en
Lumbrales, uno en
Masueco, uno en
San Felices de los Gallegos, seis en
Villalcampo y cuatro en
Villardiegua. Otro vestigio destacado son los
castros, los poblados fortificados propios de la época celta. Existe constancia de su presencia en
Barruecopardo (Castro de la Casa de Quiquín), en
Bermellar (
Castro del Castillo de Saldañuela), en el Teso del Dinero en
Cerezal de Peñahorcada, en el cerro de la Ermita de Nuestra Señora del Castillo en
Fariza, en el Castillo Moro de
Fermoselle, en
Hinojosa de Duero (Castro de Cabeza de Moncalvo), en
Lumbrales (
Castro de Las Merchanas), en el camino de
Masueco a
Corporario, en
Moral de Sayago, en el cerro de la Ermita de Nuestra Señora del Castillo en
Pereña de la Ribera, en
Saldeana (
Castro de El Castillo), en
San Felices de los Gallegos (Castro de Castelmao), en Fuenteguinaldo (
Castro de Irueña), en Gallegos de Argañán (Castro de El Castillo o La Plaza), en
Villalcampo (Castro de Santiago), en
Villardiegua (
Castro de San Mamede), en Zamarra (Castro de Lerilla), y en el Teso de San Cristóbal de
Villarino de los Aires.
Inscripción funeraria romana encontrada en
Hinojosa.
La dominación romana
Las calzadas romanas es uno de los legados más característicos del imperio romano. Por el norte existía la que unía
Zamora con
Pereruela, donde se dividía en la
calzada mirandesa y la que se dirigía a
Fermoselle, en ambos casos atravesando los arribes. También son testimonio de esta época la multitud de estelas o inscripciones diseminadas a lo largo de todo el territorio. Un ejemplo de ellas son las de
Barruecopardo,
Fariza,
Hinojosa,
Moral de Sayago,
Pino del Oro y
Villalcampo. Se caracterizan por sus decoraciones curvilíneas, sus signos cruciformes, funerarios o astrales y en algunas ocasiones sus inscripciones en latín. Recientemente ha aparecido una placa de cobre en la que está inscrito un
pacto de hospitalidad. Este documento jurídico fue hallado en una prospección del asentamiento minero de
Pino del Oro.
La dominación árabe
La presencia árabe fue notoria en los arribes. Existe un tramo de cercas árabes del siglo X junto a la Ermita de la Santa en
Aldeadávila así como otros vestigios junto a la ermita de Nuestra Señora del Castillo en
Pereña de la Ribera. Sobre todo se conservan numerosas leyendas de vírgenes, tesoros, fortalezas y acoso a doncellas.
Reconquista e integración en el Reino de León
La época clave para la organización demográfica del territorio de Arribes, se da en la Alta Edad Media, cuando se emprende la conquista y repoblación de la zona por parte de los
monarcas del
Reino de León, reino que surge a partir del
Reino de Asturias de
Don Pelayo y del que luego se subdividirían y/o desgajarían el
Condado de Castilla, el
Reino de Galicia y el
Reino de Portugal. La repoblación planteó una disposición muy distinta de la actual, basando su desarrollo en el modelo repoblador gallego, que consistía en disponer muchas aldeas de pequeño tamaño y muy próximas entre sí, esquema que a la larga hizo insostenibles a muchas de ellas. En una primera fase bajo el reinado de
Ramiro II de León fueron repobladas algunas localidades del entorno como
Guadramiro,
Ledesma o
Peñausende. Sin embargo fueron las posteriores repoblaciones, que vinieron de la mano de los reyes
Alfonso VI y
Fernando II de León, las que crearon la mayor parte de las localidades actuales. En los pueblos se asentarían en su mayoría colonos asturianos y leoneses aunque también gallegos y castellanos, que trajeron consigo su cultura e idiosincrasia.
La ermita de Nuestra Señora del Castillo, en
Fariza, está enclavada sobre un castro con ocupación en época prerromana, romana y medieval.
Según algunos autores, la toponimia nos daría una idea del lugar de origen de éstos, entre los ejemplos castellanos se encontrarían los pueblos de
Aldeadávila o
Corporario mientras que entre los ejemplos asturleoneses se encontrarían por ejemplo una serie de localidades con nombre de árboles, plantas o frutos en
lengua asturleonesa, entre los que figurarían
Almendra,
Ahigal de los Aceiteros, bautizado «la figal» haciendo alusión a «la higuera»,
Cerezal de Peñahorcada, cuyo nombre evolucionó de «zrezal», que significa «cerezo»,
Moral de Sayago o
Moralina, referenciando a la
morus nigra, o
La Zarza de Pumareda, donde «pumareda» significa «campo de manzanos»,
Gamones o
Torregamones que tendría su origen en la presencia de
asfódelos o gamones, entre otros. Entre los movimientos más notables de
Fernando II de León en la zona fueron la creación del señorío de
Barruecopardo en 1177 o la cesión de la gestión de
El Abadengo a la
Orden de los Templarios, mientras que entre los de su sucesor,
Alfonso IX de León, estarían la concesión de carta foral a
Fermoselle en 1221. Además, localidades como
Saucelle,
Saldeana,
Barruecopardo,
Vilvestre y
Cerezal fueron cedidas a la encomienda de Peñausende de la
Orden de Santiago.
Con la muerte de
Alfonso IX de León en 1230, su hijo
Fernando III el Santo, quien ya era rey de Castilla, hereda el
Reino de León, pero mantiene sus propias estructuras durante la
Edad Moderna, conservando tanto sus instituciones como sus características de organización territorial, lo que se reflejará en la cartografía de los siglos
XVI,
XVII y
XVIII.
Edad Moderna
Claustro del
convento de San Francisco, en
Fermoselle, actual casa del parque natural de Arribes del Duero en la provincia de Zamora. La llegada de los
franciscanos en 1740 fue de gran ayuda para el municipio por la atención espiritual, el socorro material y por crear una escuela de gramática para niños.
A partir del siglo XV, con la reducción de los concejos que tenían derecho a voto en las Cortes de Castilla y León, se empieza a configurar el espacio provincial que separará esta zona en las provincias de Zamora y Salamanca. De este modo, las localidades que hasta entonces dependían de los concejos de
Ledesma y
Ciudad Rodrigo para el voto en Cortes, pasaron a hacerlo del de
Salamanca. Las provincias que se crean para las Cortes de Castilla y León de 1425 hacen frontera en esta zona sobre la base de los límites eclesiásticos que establecieron los monarcas leoneses en la Alta Edad Media al instaurar las diócesis de Zamora y Salamanca, con el río
Tormes como frontera entre ambas. El área zamorana de los
arribes quedó encuadrada dentro de dicha provincia en el partido de
Sayago, mientras que la parte salmantina lo hizo en torno a los partidos de
Ledesma al norte y
Ciudad Rodrigo al sur. En todo caso, aunque separadas en dos provincias diferentes, las dos partes de las arribes, zamorana y salmantina, siguieron compartiendo una misma pertenencia a la
región leonesa.
Edad Contemporánea
El 10 de mayo de 1991 mediante la Ley 8/1991, de Espacios Naturales de la Comunidad de Castilla y León, que recoge y protege legalmente una serie de espacios y lugares naturales entre los que se encuentra el denominado como Arribes del Duero. El 30 de abril de 1992, se inicia el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, plan que se aprueba posteriormente el 7 de junio de 2001, mediante el Decreto 164/2001, para finalmente, mediante la Ley 5/2002, de 11 de abril, procederse a la declaración del mismo como parque natural.
En 2010, la población total de los términos municipales incluidos (total o parcialmente) en la demarcación del parque, era de 16.514 habitantes (INE 2010), mientras que en el año 2000, era de 19.718 habitantes (INE 2000). Desde los
años 60 se da una evolución continuamente negativa en el número de habitantes de la zona y es que los jóvenes emigran hacia las ciudades en busca del empleo que en los arribes no encuentran. Como consecuencia de esto apenas se produce relevo generacional, la mayoría de los habitantes que quedan son jubilados.
Veintitrés términos municipales de los treinta y siete incluidos (total o parcialmente) en la demarcación parque, tienen una población inferior a 500 habitantes (INE 2002). Albergan solamente a un tercio de los residentes totales (30,9%) y ocupan una extensión bastante inferior a la mitad de las hectáreas protegidas (39,8%).
Nueve términos municipales (la cuarta parte del total) tienen poblaciones que oscilan entre 500 y 1000 habitantes (INE 2002). Estos albergan al 32,9% de los residentes totales del parque y ocupan el 36,4% del territorio de la demarcación. Son núcleos de población que solo se diferencian de los anteriores en la mayor densidad demográfica.
Únicamente cinco municipios tienen poblaciones superiores a los 1000 habitantes. Son
Aldeadávila,
Fermoselle,
Fonfría,
Lumbrales y
Villarino (INE 2002). El número de habitantes censados en ellos cuantifica el 36,2% de los residentes totales del parque y representan algo menos de la cuarta parte de la superficie (23,8%). Quizás con la excepción de
Fonfría, se puede decir que estas localidades están algo mejor dotadas, son el centro de los servicios de la zona y es en ellas donde se puede disfrutar de la mayoría de las actividades turísticas organizadas.
Frente a esta tendencia decreciente de la población residente, contrasta el aumento demográfico que se produce en la época estival como consecuencia de la vuelta al pueblo por vacaciones de la población que emigró y ahora vive en las ciudades. También destacan el número de turistas, que en 2010, se estima en más de 100.000 en el conjunto hispano-luso y 39.540 de visitantes a las casas del parque. Unas cifras muy elevadas en comparación con la del número de personas que vive en estas tierras. Solo el número de visitantes ya supone el doble que de habitantes.
Lucha contra la despoblación
La pérdida de población en el medio rural se remonta a los inicios del siglo pasado, se vio agravado con el denominado
éxodo rural que aceleró la
Revolución Industrial a partir de la segunda mitad del
siglo XX y continúa siendo un problema de actualidad, hasta el punto de que comienza a ser factible la amenaza de la despoblación. La alarma social que causa esta situación, y la dificultad en revertirla, cobró fuerza pública de denuncia en la manifestación del 31 de marzo de 2019 de la «España vaciada», hasta el punto de que no hay agenda política que no incluya este tema. La tendencia en la zona de
arribes es la misma que en el resto de municipios de su entorno, agravada con un ritmo mayor por su carácter fronterizo y aislado. Esta situación, considerada como un problema global que afecta por igual a las provincias castellanas de ambas mesetas, se ha cuantificado en la pérdida de casi el 40% de su población desde 1996. Problema que no se ha frenado en el caso particular de los municipios que pertenecen a un espacio natural o reserva de la biosfera, como es el caso de las localidades de Arribes del Duero.
La situación llevó a algunos ayuntamientos del arribe a tomar medidas con las que intentar frenar la pérdida de población. En un pleno celebrado el 27 de julio de 2007 en el ayuntamiento de
Aldeadávila, se aprobó por unanimidad la concesión de una ayuda de 3.000 euros por cada nacimiento de un hijo de las familias censadas en este municipio. En 2008 el ayuntamiento de
Trabanca lanzó una amplia oferta de empleo para 36 profesionales de todo tipo, con la intención de revitalizar y dinamizar económicamente la zona. En 2010 volvió a lanzar otra convocatoria para ofrecer trabajo a 64 licenciados. Por último,
Fermoselle ha organizado varias caravanas de mujeres con el ánimo de encontrar pareja a los solteros de esta localidad.
En 2009 se constituyó la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero-Douro, organización con sede en
Trabanca desde la que se busca reforzar los programas de cooperación y desarrollo local tanto en el territorio portugués como español para conseguir entre las poblaciones de ambas regiones la máxima cohesión económica y social y su plena digitalización. Para dichos fines desarrolla diversos programas, actuaciones y actividades que se desarrollan, entre otros, en los ámbitos de agricultura y ganadería, transporte, medio ambiente, nuevas tecnologías, desarrollo sostenible, sanidad, educación, turismo, deporte, ocio y tiempo libre.
También han surgido iniciativas privadas en las que se moviliza la población civil, presentando propuestas para que las plataformas y asociaciones más activas, como es el caso de la plataforma «Fermoselle Atrévete», «Fuente Beber» de
Villadepera o «La Mayuela» de
Bermillo de Sayago, cabecera de la comarca de
Sayago. De esta forma se han propuesto iniciativas con las que incentivar a organismos y entidades para que, entre otras, se adecúen los caminos que facilitan la conexión entre comarcas y pueblos, evitando largos rodeos que conllevan más kilómetros y una pérdida de tiempo o la ejecución de concentraciones parcelarias que incrementan la productividad. También se ha propuesto iniciativas que proponen la rehabilitación de viviendas para alquiler económico, el potenciar o crear sendas con atractivo turístico —como la Senda del Tormes o Sayago Sur— y dotar los pueblos de guías locales.
La despoblación de los arribes podrá verse frenada con mayores y mejores servicios e infraestructuras en la zona, pero también con la recuperación de su riqueza agrícola, la de una tierra fértil en la que se producen desde cítricos a aceite de oliva pasando por vino. Estas actividades, complementadas con el turismo rural existente, pueden crear nuevas fuentes de riqueza, como el
enoturismo o el oleoturismo, que ya existen en el valle del Duero luso con notable éxito.
Patrimonio
El patrimonio y valores de los arribes está constituido por una serie de bienes históricos, naturales, culturales, artísticos, paisajísticos y turísticos que reflejan los rasgos diferenciadores de la identidad comarcal de la zona y que atestiguan su historia y la de sus pobladores. Los museos y las ferias de la zona son los lugares donde se complementa este patrimonio dando cabida a numerosas muestras e información concreta.
El Arco, en
Fermoselle, única puerta de la antigua muralla de la villa.
Patrimonio histórico
Fermoselle y
San Felices de los Gallegos están declaradas
conjunto histórico. Fueron fortificadas debido a su situación estratégica y pronto se constituyeron como dos importantes baluartes defensivos de la frontera. Actualmente son dos ejemplos de conservación de arquitectura tradicional.
De los cuatro castillos con los que cuenta Arribes, el mejor conservado es el de
San Felices de los Gallegos. Más deteriorados se presentan los de
Fermoselle y
Vilvestre puesto que sólo quedan algunos restos. Del castillo de
Sobradillo persiste la torre del homenaje, en la que hoy se ha instalado la casa del parque de la zona salmantina. El
Fuerte Nuevo de
Torregamones es otro ejemplo de edificación militar defensiva.
Aparte de lo ya mencionado, también está protegido como patrimonio cultural de la Junta de Castilla y León, y así figura en su catálogo, el arte rupestre de la cueva de Palla Rubia en
Pereña de la Ribera y del castillo de
Vilvestre, las zonas arqueológicas del despoblado del Castillo de Moncalvo en
Hinojosa de Duero, del
Castro de Las Merchanas en
Lumbrales, del
yacimiento de El Castillo en
Saldeana y del monte de Santiago en
Villalcampo así como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en
Fermoselle y el
rollo de justicia de
Vilvestre. Fuera del catálogo destacan también el
Castro de Saldañuela en
Bermellar, el
Castro de San Mamede en
Villardiegua de la Ribera y la Peña Gorda, una gigantesca roca granítica de más de 40
m de altura y 70 de diámetro, situada en la localidad salmantina de
La Peña, considerada como uno de los principales santuarios rupestres prehistóricos de la zona.
Patrimonio etnográfico
Al margen del patrimonio con protección legal específica, existen otros bienes que también reflejan esos rasgos diferenciadores de la identidad cultural de la comarca natural de los arribes. Entre ellos, destacan las bodegas subterráneas de
Fermoselle que, labradas sobre la propia roca subterránea, forman una ciudadela sumergida, con entradas angostas que desembocan en enormes galerías, sostenidas por arcos de medio punto.
Otros lugares destacados pueden ser los cuatro molinos hidráulicos de
Badilla, el puente Grande de
Fariza, los hornos de Rieta la Encina en
Fornillos de Fermoselle, la Torre de San Leonardo y el puente del Ojo en
Hinojosa de Duero, la majada La Arena en
Saucelle o el molino del Cubo en
Villadepera. Reminiscencia de la cultura pastoril son los chiviteros de
Torregamones, pequeñas cabañas circulares de piedra con techo de retamas en las que el pastor introducía a las cabras preñadas cuando estaban a punto de parir para que las hembras y las crías estuvieran a salvo de los temidos lobos. Los chozos de pastores o casitos son construcciones de piedra, sin argamasa y con una falsa bóveda de lajas de piedra, que fueron edificados en el campo para resguardarse de las condiciones climatológicas, como guardaviñas o almacén de aperos. Los lagares rupestres de
Mámoles, cavidades excavadas en la roca que antiguamente eran utilizados para pisar o prensar la uva, resultando fundamentales para la elaboración del vino. Los potros de los arados de
Gamones que también están excavados en roca y se utilizaban para moldear la madera de olmo o negrillo, transformándola en varas de arados.
Patrimonio industrial
Las centrales hidroeléctricas son otro referente importante de la historia de los arribes y reclamo turístico en nuestros días. La
presa de Aldeadávila, la
presa de Almendra, la
presa de Castro, la
presa de Ricobayo, la
presa de Saucelle y la
presa de Villalcampo son especialmente visitadas por la espectacularidad de sus obras y las vistas que ofrecen. También son lugares de gran potencial turístico los poblados levantados junto a las presas que fueron construidos para dar cobijo a los obreros que en su momento trabajaron en ellas. Destacan el del
Salto de Aldeadávila por albergar el
Convento de La Verde, el del
Salto de Saucelle, convertido en complejo turístico, el del
Salto de Castro, hoy deshabitado, puesto que ofrece una imagen pintoresca del lugar, y el del
Salto de Villalcampo por su arquitectura y situación, en un punto muy transitado.
El puente de Requejo o Puente Pino, se inauguró en 1914
Mención especial tiene una de las estructuras más conocidas y espectaculares de los arribes zamoranos, el llamado
puente de Requejo —puente Pino de forma popular—. Fue construido para salvar el Duero y unir las comarcas zamoranas de
Sayago y
Aliste a través de los municipios de
Pino y
Villadepera. Cuando fue inaugurado en 1914 se colocó a la cabeza de los de su tipo en Europa por sus 120 metros de luz en su único arco.
Esta también fue tierra de minas, de las que son ejemplo la mina Dorinda en
Carbajosa y la mina de El Carrascal en
Villadepera, esta última ya rehabilitada para convertirse en lugar turístico.
La Mina de El Carrascal, antigua mina de extracción de casiterita para obtener estaño, cuenta con más de 2 kilómetros de galerías.
Lugares de interés
Casas del Parque y oficinas municipales de información
La peculiaridad de ser un territorio a caballo entre las provincias de Salamanca y Zamora, tiene su reflejo en que la Junta de Castilla y León lo concibió con dos casas del parque. Son dos lugares en los que se puede profundizar sobre la historia, la arquitectura, las tradiciones, el trabajo, los paisajes, la vegetación y las especies animales de estas tierras pero en los que también se puede consultar sobre rutas, lugares turísticos, restaurantes, alojamiento o diversas actividades organizadas, así como pedir mapas, folletos informativos o calendarios con las fiestas y eventos de la zona. Una de estas casas está situada en la zamorana localidad de
Fermoselle y la otra en la población salmantina de
Sobradillo. Surgen de la necesidad de aportar al visitante un visible punto de referencia con información especializada desde la que iniciar su visita y justifican su existencia en el desarrollo y coordinación de múltiples actividades de promoción e interpretación.
- Desde Zamora, por la CL-527 directamente hasta Fermoselle.
- Desde Salamanca, por la SA-300 hasta Ledesma. Allí se toma la SA-302 hacia Almendra, donde se siguen las indicaciones hasta Fermoselle.
- La casa del parque del torreón de Sobradillo, situada en la torre del municipio salmantino de Sobradillo, tiene las siguientes opciones de acceso:
- Desde Salamanca, por la CL-517 hasta Lumbrales. Allí se toma la DSA-464 hasta Sobradillo.
- Desde Zamora, por la ZA-330, ZA-306 y SA-306 hasta Ledesma, la CL-517 hasta Lumbrales y finalmente la DSA-464 hasta Sobradillo.
La
Junta de Castilla y León tiene las oficinas del parque en
Fariza, desde las que organiza y coordina todas las actividades de conservación y promoción de la zona.
Complementariamente, varios ayuntamientos de la demarcación han creado sus propias oficinas de turismo, en algunos casos denominadas «centros de recepción de visitantes». Estas instalaciones, por lo general más modestas que las de las casas del Parque, también cuentan con información genérica del espacio natural y suelen ser especialmente visitadas por aquellos que buscan profundizar en la información de su área territorial de influencia. Existen oficinas de información turística en las localidades de
Aldeadávila,
Barruecopardo,
Fariza,
Fermoselle,
Hinojosa de Duero,
La Fregeneda,
Lumbrales,
Masueco,
Pereña,
San Felices de los Gallegos,
Saucelle,
Sobradillo,
Torregamones,
Trabanca,
Villarino y
Vilvestre.
Miradores
La peculiaridad de la orografía conlleva la existencia de numerosos miradores naturales desde los que se pueden obtener amplias vistas panorámicas. Algunos de ellos están especialmente habilitados y cuentan con acceso adaptado y puntos de información sobre el paisaje.
Provincia de Salamanca
- Ahigal de los Aceiteros: el mirador del Púlpito de las Monjas.
- Aldeadávila de la Ribera: el mirador del Fraile, el mirador de Lastrón, el mirador del Palomar, el mirador del Picón de Felipe, el mirador del Picón de Mariota (Corporario), el mirador de la presa de Aldeadávila, el mirador de Rupurupay y el mirador de Rupitín.
- Almendra: el mirador de la presa de Almendra.
- Barruecopardo: el mirador del Castillo.
- Hinojosa de Duero: el mirador del Cachón del Camaces, el mirador del Contrabando, el mirador de la Ermita del Cristo de la Misericordia y el mirador de la Peña La Vela.
- La Bouza: el mirador de la Horca.
- La Fregeneda: el mirador de Mafeito.
- Lumbrales: el mirador del Castro y el mirador de Pocito Manzano.
- Masueco: el mirador de la Peña del Agua, el mirador del Pinero y el mirador del Pozo de los Humos.
- Mieza: el mirador del Águila, el mirador de la Code, el mirador del Colagón del Tío Paco, el mirador del Cura y el mirador de la Peña La Salve.
- Pereña de la Ribera: el mirador del cerro de la Fuente Santa, el mirador de la Ermita de Nuestra Señora del Castillo y el mirador del Pozo de los Humos.
- Saldeana: el mirador del Fraile y la Monja y el mirador del Huebra.
- San Felices de los Gallegos: el mirador de la Mesa del Conde.
- Saucelle: el mirador del embalse, el mirador de Las Janas, el mirador de la Majada La Arena, el mirador de los Negritos, el mirador del Peñedo, el mirador del Picón del Moro y el mirador del Salto.
- Sobradillo: el mirador del Molinillo.
- Trabanca: el mirador del Somaero.
- Villarino de los Aires: el mirador del Duero, el mirador de La Faya, el mirador de La Rachita y el mirador del Teso de San Cristóbal.
- Vilvestre: el mirador del Castillo, el mirador del Monte Gudín y el mirador de El Reventón de La Barca.
Provincia de Zamora
- Fariza: el mirador del Casito de la Boiza (Mámoles), el mirador del Alto del Cueto (Mámoles), el mirador de Las Barrancas (Cozcurrita) y el mirador de Las Fayas de Ribas Altas (Mámoles).
- Fermoselle: el mirador de Los Barrancos, el mirador de Las Escaleras,el mirador de Las Peñas, el mirador del Terraplén, el mirador de El Torojón y el mirador del Castillo.
- Moral de Sayago: el mirador del Molino de Fidalgo.
- Moralina: el mirador de El Poyo.
- Pino del Oro: el mirador del Puente de Requejo.
- Torregamones: el mirador del Fuerte Nuevo.
- Villadepera: el mirador de Peña Centigosa, el mirador de Los Pueyos y el mirador del puente de Requejo.
- Villalcampo: el mirador de Sanciellas.
- Villar del Buey: el mirador del Meandro del Duero (Pinilla de Fermoselle), el mirador de la Peña del Cura (Pinilla de Fermoselle), el mirador de la presa de Almendra y el asomadero de Los Regatos (Fornillos de Fermoselle).
- Villardiegua de la Ribera: el mirador del Despeñadero de La Finiestra, el mirador de La Retanja, el mirador de Peña Redonda y el mirador del castro de San Mamede.
Vista panorámica de los murales que explican el paisaje que se ve desde el mirador del Salto en
Saucelle.
Senderos
El principal sendero es el GR-14, que discurre siguiendo el cauce del Duero desde su origen y que se adentra en Arribes
por
Moral de Sayago, en la
provincia de Zamora, y concluye en el
Muelle de Vega Terrón, en la
provincia de Salamanca, donde el río deja de ser frontera para penetrar en
Portugal. Vinculados al GR-14, también conocida como Senda del Duero, existen una multitud de senderos de pequeño recorrido que han sido acondicionados por los distintos ayuntamientos con el fin de poner en valor los elementos naturales y etnográficos más interesantes de sus términos municipales.
En la provincia de Zamora,
Moral de Sayago cuenta con los senderos de pequeño recorrido de la Calzada Mirandesa y la ruta de los molinos. En
Villadepera el mirador de Peña Centigosa, el Camino de la Barca, el Molino del Cubo y el de la Mina del Carrascal. En
Villardiegua el de La Retanja y La Finiestra, Peña Redonda o Castro de San Amede y la Ruta de los Molinos. En
Torregamones la Ruta de los Chiviteros, la
ruta de los molinos, la Calzada Mirandesa y el del Fuerte Nuevo. En
Gamones el sendero de la Ermita de Santa Olaya. En
Fariza el Molino Matarrana y la Rivera de los Molinos, la Ermita del Castillo, la senda Fariza-Záfara, el mirador de las Barrancas, la senda de Fariza-Argañín-Tudera, los Lagares Rupestres y Alto del Cueto, el Molino Serafín-Palazuelo de Sayago, Molino de los Fraguales y los Asomaderos del Casito de la Boiza y los Regatos. En
Villar del Buey los senderos de Hornos de Rieta la Encina, Molde de Arados, la Ermita de San Miguel y la Caseta de Carabineros. En
Fermoselle el sendero del Camino Valpiojo, el mirador de las Escaleras y el sendero de Sotocastillo.
Meandro del Duero en los arribes en
Pinilla, desde el
GR-14.
En la provincia de Salamanca,
Villarino de los Aires cuenta con el sendero de Ambasaguas. En
Pereña de la Ribera existe el sendero circular del
Pozo de los Humos, el
Pozo Airón, la Ermita de Nuestra Señora del Castillo y el mirador del cerro de la Fuente Santa.
Masueco acondicionó la ruta del Pozo de los Humos, con aparcamiento cerca del mirador de la Peña del Agua, que se puede alargar hasta la
Cascada del Pinero. En
Aldeadávila el circular que lleva desde los miradores de Rupitín y Lastrón hasta el Picón de Felipe, empezando y finalizando en el pueblo, y el circular del mirador de Rupurupay. En
Mieza es especialmente peculiar la ruta que une el área recreativa del Colagón del Tío Paco y el del mirador de La Code con el poblado del
Salto de Aldeadávila pasando por Peña La Salve, aunque es lineal y con mucha pendiente. También existe una circular entre el mirador de La Code y el mirador del Águila, pasando por el almezal. En
Vilvestre la ruta que culmina en el Monte Gudín. En
Trabanca la ruta circular que parte del pueblo para llegar a La Falla del Peine, pasa por la fuente y el mirador del Somaero, para volver al pueblo por el puerto. En
Saucelle los caminos de la Muela, del Sierro, de la Barca y de la Dehesa Boyal. Especialmente destacada es la ruta de Las Lavanderas, circular y guiada por códigos QR con información sobre la fauna y flora de la zona, que finaliza en el antiguo lavadero, hoy restaurado a modo de jardín botánico interior. En
La Fregeneda el
Camino de Hierro que atraviesa las
arribes del
Águeda. En
Sobradillo la ruta circular que pasa por el mirador del Molinillo y el paraje de El Buraco, en las arribes del Águeda. En
Saldeana existe la ruta circular de los Molinos del Arroyo Grande que parte desde el pueblo hasta el
castro de El Castillo, para continuar por el mirador del Huebra y el mirador del Fraile y la Monja, y acabar en los molinos.
Embarcaderos y playas fluviales
Los paseos en barco por el Duero son uno de los mayores atractivos de Arribes. Los embarcaderos están situados en la playa del Rostro de
Corporario, para el barco Corazón de Arribes, el embarcadero de La Barca de
Vilvestre y el muelle portugués de
Miranda do Douro, con el barco de la Estación Biológica Internacional, que sirve además como plataforma de investigación y conservación de hábitats. Como reciente foco de interés turístico destaca el
Muelle de Vega Terrón, punto de origen o destino final de los cruceros que proceden de
Oporto.
Otros lugares naturales que destacan turísticamente son las playas fluviales. La mejor acondicionada para el baño es la del Rostro, en
Corporario. También se ha habilitado una en el río Águeda, cerca de su desembocadura, en el término municipal de
La Fregeneda, aunque actualmente se encuentra bastante descuidada. En el paraje de La Cicutina de
Fermoselle existe un vado del
Tormes junto al puente de San Lorenzo en el que también se ha habilitado un arenal para reposar y bañarse a orillas del río. Por último es importante reseñar el paraje del muelle de
La Barca, en
Vilvestre y desde él se organizan viajes en barco hasta la portuguesa playa de la Congida. En
Aldeadávila también se ha habilitado una playa con muelle en el Área Recreativa de El Rocoso. En la localidad de
Ricobayo, perteneciente al municipio de
Muelas del Pan, se encuentra la playa del
embalse de Ricobayo, especialmente acondicionada para el baño y que cuenta además con un puerto deportivo.
Tanto en la playa del Rostro de Corporario, como en
La Barca de Vilvestre, en el Área Recreativa de El Rocoso en Aldeadávila y el muelle de
Miranda do Douro existe alquiler de equipación para realizar piragüismo. En
Pino del Oro se realizan expediciones planificadas por grupos con mayor tiempo.
-
-
Estación Biológica Internacional.
Turismo activo
Arribes se ha convertido en un lugar habitual para la práctica de actividades de turismo activo que van desde rutas guiadas en 4x4, paseos en globo o la práctica de deportes náuticos. Cada vez es más frecuente la práctica del
ciclismo de montaña y las carreras de montaña en este territorio, tanto por senderos como campo a través, como Secretos del Duero en Aldeadávila y la Arribes Ocultos de Fermoselle. En los últimos años han proliferado los denominados centros BTT, entre los que destacan los de
Aldeadávila,
Barruecopardo,
Hinojosa de Duero,
Pereña,
Saucelle,
Sobradillo y
Villarino de los Aires. Además han surgido nuevas actividades de ocio y entreteneimiento como el parque multiaventura de
San Felices o el planetario-observatorio de
Saucelle, que aprovechando la escasa contaminación lumínica, intenta atraer a los interesados en la astronomía.
Cultura
Fiestas
La
romería de los Viriatos está considerada como una de las procesiones de mayor tradición en la comarca zamorana de
Sayago y, en general, de Arribes. Se celebra el primer domingo de junio y en ella se traslada la imagen de la Virgen del Castillo desde la parroquia de
Fariza hasta la ermita de la misma localidad. La comitiva va acompañada por los pendones de los ocho pueblos sayagueses que tradicionalmente han participado en esta romería, se montan sobre grandes mástiles que precisan de tres vientos para mantenerse equilibrados.
Ferias
Artesanos y comerciantes, en colaboración con algunos ayuntamientos, exponen sus productos en distintas ferias turísticas y comerciales. En
Trabanca se celebran anualmente la Feria Internacional Agroalimentaria de Arribes del Duero, la Feria Internacional de Artesanía de Arribes del Duero y el Salón Internacional del Vino. También se convocan la Feria de Artesanía y Productos Típicos de la
Comarca de Sayago y
Trás-os-Montes en
Moralina, la Feria Internacional del Queso en
Hinojosa de Duero, la Feria de Muestras Multisectorial Transfronteriza de
Lumbrales, la Feria del Vino D.O. Arribes en
Villarino de los Aires y la Feria Transfronteriza del Olivar en
Vilvestre. Por otra parte, también existen el mercadillo portugués de
Trabanca, el mercadillo artesanal de
Pinilla de Fermoselle y el mercadillo medieval de
San Felices de los Gallegos.
Museos
Debido al notable atractivo turístico de Arribes, en varias localidades se han ido inaugurando distintos museos en los que se muestran diversos aspectos propios de la zona.
En el año 2006 el municipio de Villadepera inauguró, en la antigua Ermita de San Roque, el primer Museo de Arte Sacro de la provincia de Zamora,
Existe una amplia oferta de museos etnográficos en la que se muestra la forma de vida tradicional de los habitantes de la zona. Entre ellos el Museo de Ecoturismo Las Majadas Arribeñas de
Aldeadávila, el Museo Etnográfico de
Fariza, el Museo Etnográfico de
Hinojosa de Duero, el Museo de la Tradición de
Moralina o el parque temático de Construcciones Populares
Trabanca. En
Vilvestre se ha instalado el Centro de Biodiversidad, pensado para proteger y dar a conocer el patrimonio natural de las arribes.
Entrada al museo etnológico de Las Majadas Arribeñas,
Aldeadávila.
Por otra parte, también existen otros espacios como La Fragua de
Trabanca, con los trabajos propios de una herrería, el Museo del Cantero en
San Felices de los Gallegos, que muestra los trabajos realizados con el granito, el Taller de Alfarería y Cerámica de
Trabanca o el Taller de Cerámica de Nuria Martín en
Gamones, con la artesanía del barro.
En cuanto a museos de historia y arqueología existen el Museo Arqueológico de
Lumbrales, ubicado en la Torre del Reloj de esta localidad, en el que se recogen hallazgos encontrados en la comarca de
El Abadengo y su entorno inmediato o la
Casa de los Frailes de
Vilvestre, centrado básicamente en el Santuario Rupestre de El Castillo, en el que se exponen los materiales cedidos por Luis Benito del Rey, profesor de prehistoria y arqueología de la Universidad de Salamanca. En la torre del homenaje de San Felices de los Gallegos, se ha creado la denominada «Aula Histórica», en la que se puede descubrir la forma de vida de los que fueron moradores del castillo y conocer algunos de los útiles más representativos de aquella época.
También se puede ver una muestra del arte religioso de esta zona en el Museo Parroquial de Fermoselle o el Museo de Arte Sacro de Villadepera. (vía Wikipedia)